V2-DÍA 8

Día 8

«EL PODER DEL APEGO»

Es común confundir el significado emocional de apego y dependencia, para ayudar a clarificarlas observemos como se aplican dentro de la vida de un ser humano: El apego es una emoción que inclina a una persona a mantenerse en constante vínculo con una situación, objeto, sujeto u ente; busca en aquello: seguridad, satisfacción, tranquilidad, relajación, etc., en fin, pretende calmar con esto una sensación de vacío que ostenta. Cuando la persona pierde el contacto con dicho elemento (en casos extremos), se puede sentir frustrada y desesperada; posibilitando el desencadenamiento de una obsesión, algún bloqueo emocional e incluso la muerte. Ahora, la dependencia, es una necesidad natural e instintiva que permite a un ser humano sobrevivir, sentir seguridad, lograr metas y sueños; es una respuesta a una necesidad mayor. Todos los seres estamos conectados y necesitamos unos de otros para vivir en este universo. Desde que nacemos requerimos de otros para sobrevivir física y emocionalmente (los padres) y de adultos seguimos necesitando de otros para sobrevivir económica (jefe, empresa, cliente, colegas, empleados, sociedad, estado, etc.), emocional (pareja, hijos, familia, amigos, conocidos, vecinos, etc.,) y espiritualmente (iglesia, comunidad, Dios, Divinidad, el sol, la fuente, etc.). Lo anterior significa que solos difícilmente podríamos desenvolvernos en este mundo.

De acuerdo a lo observado, podemos sintetizar que: la dependencia es un instinto natural y una necesidad implícita en cualquier ser humano; por lo tanto, hace parte de la vida y requerimos aceptarla como tal, para desarrollar nuestra vida; mientras que el apego, se origina en los vacíos emocionales que presenta una persona y dependiendo de la avidez de los mismos, puede convertirse en una enfermedad (física o mental) perjudicial para su existencia.

Identificar la diferencia entre estos términos es relevante para encontrar la mesura y evitar caer en extremismos, al mismo tiempo para ver la realidad de lo que somos y conseguir elevar nuestro grado consciencia. Cuando nuestra felicidad está supeditada en exclusiva a una persona, el sufrimiento es inevitable. El apego insano y obsesivo es el mayor detonante de malestares, de boicoteos y pérdidas de autoestima. Por tanto debemos tenerlo claro: es necesario eliminar la dependencia emocional, hay que dar un paso efectivo para ser autónomos y emocionalmente solventes en materia efectiva. La dependencia emocional tiene mucho que ver con la forma en que una persona se desvaloriza. A menudo lo hacemos, confundimos amor con apego

Para evaluar si tenemos la tendencia a establecer relaciones de dependencia con los demás podemos fijarnos en las siguientes características:

  • Tu felicidad se centra en una sola persona.
  • Tu alegría depende de cómo te tratan los demás.
  • Evitas a toda costa llevar la contraria para evitar enfrentamientos.
  • Antepones el deseo de otros a los tuyos.
  • Solo estás bien contigo cuando percibes que eres querido/a.
  • Miedo a perder a esa o esas personas que tanto amas o aprecias.
  • Caes fácilmente en los chantajes emocionales.
  • Prefieres sufrir antes que dejar a la persona con la que mantienes esa relación.
  • Sentimientos de culpa: si la otra parte no se siente contenta o satisfecha, sufres malestar y culpabilidad.
  • Quieres tener el control de la vida de la otra persona para tener la seguridad de que no la perderás.
  • Aparece una clara tendencia hacia el aislamiento social, sólo te apetece estar con esa persona.
  • La relación genera ansiedad. 

Paso 1:

Haz una lista de cosas que te perjudican y que haces por amor o cariño.

Paso 2:

Una vez que ya se ha reconocido la existencia del problema y se tiene el convencimiento de la necesidad de eliminar la dependencia emocional, debemos dar un segundo paso. Haremos un listado de cosas que hemos llegado a hacer por alguien y que de una u otra forma, nos perjudican. Aquí tenemos que ser conscientes de que una persona dependiente no se fija en su bienestar personal, sino en el de la otra persona para no perderla.

Paso 3:

Áreas a trabajar:

  • Empieza a decidir por ti.
  • Recuerda tus logros del pasado, tus éxitos.
  • No te compares, no busques aprobaciones ajenas.
  • Inicia nuevos proyectos, conoce gente nueva. Experimenta, emociónate.
  • Trabaja tu asertividad. Di «sí» sin miedo y «no» sin culpa.
  • Responsabilízate de tu vida y de tu felicidad.
  • Conócete a ti mismo, explora tus necesidades y deseos.
  • Sana tus heridas.
  • Aprende a estar solo o sola.

Ahora, aplica todo esto no sólo a tus relaciones personales sino a cualquier situación que te genere apego o dependencia emocional o existencial


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