Cómo decir «Ya no te amo»

Cómo decir «Ya no te amo»

Es muy difícil admitir el desamor, y muy complicado decírselo al otro.

Las historias de amor comienzan con un «Te amo» ilusionado y sincero. Todo nuestro mundo gira en torno al otro, ese ser que hemos encontrado y sin el cual no podemos imaginar la vida. Esas historias a veces tienen un final, y ese final generalmente lo decide uno de los miembros de la pareja. No es un momento sencillo o fácil, muy al contrario, es algo doloroso que comunicar.

El que deja de amar se encuentra en una situación de difícil resolución, tiene que hacer el duelo de la separación, del amor perdido y cargar con la «culpa» de provocar una ruptura y el dolor en el otro.

Cómo decir «Ya no te amo»

Hacen falta mucho valor, mucha honestidad y mucho equilibrio y tacto para decirle al ser que hemos amado «ya no te amo». Cuando esas palabras llegan a ser pronunciadas ya no tienen retorno, el corazón de tu pareja se romperá. Entonces ¿hay alguna manera de hacerlo sin dañar? La respuesta es NO. Pero sí puedes seguir unos consejos para mantener la mente despejada y el corazón compasivo mientras enfrentas el momento.

Decir «Ya no te quiero» es una consecuencia de problemas anteriores que te han llevado a este desamor. Los problemas de pareja siempre son de dos, de modo que tu compañero ya sabe que algo está pasando aunque trate de disimularlo. Pídele un tiempo para conversar, hazle saber tu intención para que vaya asumiendo a solas lo que no quiere ver. La famosa frase «tenemos que hablar» no es una tontería, es siempre el preanuncio de algo decisivo
Una vez frente a tu pareja, habla claro, no des rodeos, ten en cuenta que el que te escucha está ansioso. Hablar claro no significa ser brutal. Tienes que ser consciente de que vas a herir, intenta que el dolor no sea, además, una humillación. Tacto y sensibilidad son la clave, aunque no ahorran sufrimiento.
Soporta con entereza la primera reacción de tu pareja. Todos reaccionamos distinto. Puedes esperar un intenso silencio de descreimiento, una carcajada nerviosa, una bofetada, un ataque de furia, un incontenible llanto o cualquier otra respuesta humana ante un shock. Aguanta con firmeza y con dulzura, este no es TU momento para reclamar o quejarte, deja eso para después. Este momento es para que el otro entienda y procese.
Que no ames a una persona no quiere decir que no la quieras, te preocupes por sus emociones o te parta el alma verla sufrir. Contén a tu pareja tanto como puedas, no temas abrazar o mostrar afecto, estás comunicando que no deseas mantener un estatus de pareja, pero el amor se ha transformado, no ha desaparecido.
Las siguientes reacciones, después del primer momento, van a ser dolorosas para ti. El desamado intentará desamarte a ti, para ello debe colocarte en un papel donde pueda odiarte o, al menos, dejar de amarte. Su nueva visión de ti no será complaciente, ten eso en cuenta y no te tomes a pecho esto. Entiende que para el otro es necesario alejarse emocionalmente de ti como pueda. Ya llegará el momento de poder conversar tranquilamente de todo, en el futuro.
El proceso de aceptar el desamor del otro no tiene un periodo de duelo predecible. Pueden ser unas semanas o años. Tu ex-pareja va a pasar por ciclos diferentes en los que querrá recuperarte, te odiará, te matará con la indiferencia o te preguntará una y otra vez «¿Por qué?» Recuerda, «El corazón tiene razones que la razón no entiende», sé paciente.
Ser paciente no significa detener tu vida hasta que el otro esté bien. Eso solo eternizaría el instante. Sigue tu camino, intenta no provocar situaciones dolorosas, sobre todo si vas a compartir la crianza de hijos con tu ex. Pero aunque no hubiera nada que te retenga junto a tu ex pareja, intenta no herir más sus sentimientos con provocaciones gratuitas. Haz tu vida pero no se la hagas ver al otro cuando sabes que aún le duele.

Tienes que saber que decir «Ya no te quiero» no solo va a dejar cicatrices en el otro. Provocar dolor en alguien cercano, ser la causa del sufrimiento de otra persona, es una carga pesada que llevar. Vas a sentirte liberado, seguramente, terminando con una situación que ya no querías perpetuar, pero te vas a sentir culpable, triste y hasta un poco deprimido durante un tiempo. Después de todo, estarás viviendo el duelo de una pareja perdida asumiendo que tú eres la causa. Aunque esto no sea cabalmente así.

 

Por Veronique de Miguel

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